Salidas de Senderismo para Colegios y Institutos
¿Sabías que el senderismo es la actividad deportiva más practicada en España? El Senderismo aporta un montón de...
Que sería la vida sin buenos amigos al lado, ¿quién sería yo?…
¡Por fin! Un nuevo reto conseguido, se trata de la Travesía Integral de Sierra Tejeda, Almijara y Alhama. Una pequeña aventura de tres días en una de las Sierras más duras de toda España.
Pronunciados desniveles, escasez de puntos de agua, animales salvajes, tiempo inestable, vivacs bajo cero… Juntando todos estos factores la convierten en una de las rutas más duras y bonitas que se puedan realizar por estos lugares.
Dicho esto, vamos a los hechos y a la crónica, con la cual tanto yo como mi compañero Jose queremos aportar nuestra experiencia y que podáis evitar los errores que todos tenemos a la hora de planificar algo así.
Para poneros en situación, la Travesía Integral se trata de una ruta que abarca las principales cumbres y recorre de un extremo a otro toda la Sierra Tejeda, Almijara y Alhama. Se puede comenzar tanto desde Nerja como desde Alcaucín y tiene una distancia aproximada de 60 kilómetros con 7000 metros de desnivel total acumulado.
Como siempre, lo más difícil en principio es poder juntarnos y coincidir tres días para realizar una actividad así.
Pero como todo, al final, se alinean los astros y el viernes 12 de Marzo de 2021 es el día del comienzo, algo que llevamos tiempo queriendo hacer y que veníamos preparando para poder afrontar esta prueba con las mayores garantías.
Una de las primeras cosas a organizar es el tema del transporte, para ello, lo que hicimos fue dejar dos coches en el aparcamiento de las cuevas de Nerja, desde allí un compañero nos recogía y nos llevaba a Torre del Mar, donde enganchamos a familiares para que nos acercaran al área recreativa del Alcázar para así no tener que volver por los coches nuevamente a Alcaucín después de terminar toda la travesía ya con todo el cansancio acumulado. Simplemente volver de Nerja el ultimo día y ir a Torre del Mar al parking del Centro Comercial el Ingenio donde los compañeros de Málaga tenían sus coches y así todos contentos y menos líos.
Con el tema de transporte solucionado, lo que hay que pensar, es en el material, comida y agua que se va a necesitar. Esto es lo más importante a organizar, pues el peso y el agua van a ser los dos factores más determinantes para poder realizar la travesía con éxito.
A continuación os dejo un pequeño inventario a modo de orientación.
Material:
Comida y Agua :
Hay que tener en cuenta que el peso máximo en mi opinión no debería superar los 15kg. Por lo que si disponéis de algún peso para revisar la mochila antes, para ajustar, mucho mejor.
** Aclaración : El tema de la comida es algo muy personal, aquí solo reflejo lo que llevamos nosotros a modo de idea.
Aclarado más o menos el tema de las cosas que vais a necesitar, prosigo con la narración.
Al fin el día llegó, y nos encontramos ya en el Alcázar sobre las 18:00 horas. Listos para partir. El recorrido que planeamos para subir a la cima de la Maroma y hacer Vivac era subir por la Loma de los Escansaderos para desde ahí salir justo en la loma de las víboras y hacer la clásica normal que llega a la cumbre.
La tarde estaba preciosa, había una frescura en el ambiente que hacía animar la marcha. A nuestras espaldas, dejábamos un cielo anaranjado mágico que poco a poco iba desapareciendo, íbamos ganando metros bastante rápido, la cuesta de los Escansaderos es bastante pronunciada un recorte natural que es una buena alternativa a la pista que conduce hasta el nivómetro, punto desde donde empieza la famosa loma de las víboras, una intricada pendiente zigzageante que parece interminable. Pasada la loma de las víboras ya comenzó a anochecer, hacemos una parada para abrigarnos y equiparnos con los frontales.
Ya empiezo a notar el ritmo que llevamos y empiezo a ser consciente un poco de donde me estoy metiendo, veo a mis compañeros que van muy bien, en cambio yo, tengo que ir pidiendo paradas, parecía que estuviera andando en la luna, síntoma claro de un exceso de peso y de llevar un día prácticamente sin parar, ya que ese viernes trabaje hasta las 15hr. En mi mente, empiezo a tener dudas si realmente voy a ser capaz de ir así durante tres días, sobre todo por ralentizar el ritmo del grupo. Constantemente batalleo con mi mente. Mis compañeros me dan ánimos y seguimos hacia arriba.
Apenas llevábamos unos kilómetros, pero se hacían bastante duros. La primera parada para picar algo la realizamos en la Fuente Santa, un lugar que sirve también de abrevadero para los caballos asilvestrados que se encuentran en estas montañas y donde a veces he tenido algún encuentro con ellos. En esta parada, aprovecho para coger algo de fuerzas comiendo algo de chocolote que llevaba en mi bolsillo, también me como un plátano y intento mentalizarme para dar lo máximo de mí y al menos llegar a la cima para hacer el vivac.. No quería rendirme. La sensación que tuve hasta llegar aquí era la de no verme con posibilidades… Algo raro en mí..
Proseguimos, nos quedan solo unos cuantos kilómetros, pero la parada y el frio de la noche, nos hacen tener congeladas las manos. Para intentar meterlas en calor trato de no dejar de moverlas, las palmeo, las froto… Es de las peores sensaciones que se pueden tener.. Menos mal que uno lleva unos buenos guantes y al poco cojo algo de calor. En esto no escatiméis, y comprarse unos buenos. Os lo digo por experiencia.
Mientras sigo luchando contra mi mismo y mis debilidades, casi sin darme cuenta, llegamos a la cumbre de la Maroma.. Mi sensación en ese momento es de alivio, pues el objetivo que me marque después de encontrarme tan flojo, al menos era el de llegar a la cima y hacer el vivac.. Mañana ya sería otro día.
La noche en la cumbre nos recibe con alguna racha de viento, pero algo normal, plantamos «campamento» en las corraletas que tenemos justo debajo del monolito y encendemos un par de hornillos… Para unos montañeros, el escenario no puede ser mejor… encontrarse a 2066 metros con tus amigos bajo un cielo estrellado y el calor de una buena compañía es impagable, algo que perdura en tu mente de manera intensa… Reponemos fuerzas y nos tomamos algo caliente. Sacamos los sacos y nos acostamos contemplando un mar de estrellas que hipnotizan. Pero todo esto cambiaría a las pocas horas…
Poco antes de media noche me despierto, apenas hay visibilidad, la atmósfera esta muy húmeda y hace bastante viento, tenemos una nube justo encima y ni siquiera vemos el monolito de la cima que teníamos a escasos metros. Ya no duermes, solo tienes cabezadas… Siendo no esto ya suficiente, entro en acción un atrevido zorro que se dispuso a darnos la noche.. Sí, en la Maroma habitan muchos zorros, y hay que gastar cuidado para proteger muy bien la comida, pues muerden y rebuscan dentro de las mochilas. Empezó con la mochila de Álvaro, la cual arranco el tubo del camelbak y le hizo perder todo el agua. Luego iba de corraleta en corraleta, pues Jaime y Jose estaban en una y, yo, Álvaro, Pau y Alberto en otra.
Con la distracción del zorro encima, os podéis imaginar la de clase noche que tuvimos, en alerta al más mínimo ruido para tratar de espantarlo. Pasaron las horas y por suerte no causo mayores destrozos..
Ya, con la claridad de la mañana, aún con las nubes encima, empezamos a despertarnos, toca moverse aunque haga mucho frío. Me dispongo a recoger la ropa que había dejado para secar y veo que un chaquetón plumas mío no estaba… No existía otra posibilidad, el zorro se lo había llevado.. estaba bien protegido, justo encima de nuestras cabezas, pero el muy astuto aprovecho algún momento y lo cogió. Ya lo daba por perdido.. Pero haciendo una batida, Jose y Jaime lo encontraron. Eso sí, la barra de chocolate que tenia en el bolsillo ya no estaba.. La naturaleza salvaje se tomo su botín.. Como consuelo al menos, recuperé el chaquetón..
Superados estos contratiempos, nos tomamos un buen desayuno, algo de té y unos buenos bocatas, nos cargamos las pilas a tope.
Bien temprano, empiezan a aparecer los primeros montañeros por la Maroma, gente que viene practicando algo de Trail Running, llegan bastante frescos, algunos se quedan sorprendidos al vernos y estar allí antes que ellos. La montaña, como veis se puede disfrutar de muchas maneras.
Recogemos todo, y nos disponemos a emprender la segunda jornada, que se anticipa dura, pues la idea que nos marcamos es la de partir desde la Maroma, pasar el Lucero y dormir cerca del puerto del Frigiliana.
Mis dudas del día anterior se disipan un poco, me encuentro mucho mejor, la mochila no me pesa tanto, repartí algo de agua y comida entre mis compañeros, así que aligeré bastante. Por delante, nos esperan 25 kilómetros y unos 2500 metros de desnivel total.
¡¡Vamos por el día dos!!
Nota de responsabilidad : La montaña es un terreno hostil y cambiante, lo que aquí se narra es solo una experiencia totalmente subjetiva. Lo recomendable es documentarse bien, conocer bien los riesgos y tener respuestas para actuar ante posibles problemas. La formación en estos temas debe ser fundamental. Conocer bien las posibles vías de escape y revisar bien la meteorología ayudará a prevenir posibles situaciones complicadas. En la medida de lo posible y como ultimo recurso llamar a los teléfonos de los servicios de Emergencia como el 112.
Comentarios
1 ComentariosEstrella Sánchez Hernica
Abr 6, 2021Me encanta que tenga tres partes, estoy deseado leer la 2º